El presidente polaco, Andrzej Duda, ha encargado este lunes la formación de Gobierno a Mateusz Morawiecki, del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), actualmente en el poder. La formación del actual primer ministro quedó primera en las elecciones del pasado 15 de octubre, pero no obtuvo la mayoría parlamentaria necesaria para gobernar. El bloque de la oposición liberal sí superó, sin embargo, la mayoría absoluta. En una situación similar a la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo en España, el PiS se enfrenta a la tarea casi imposible de formar un Ejecutivo, mientras los tres partidos liberales tienen prácticamente cerrado un acuerdo de coalición que cierra el paso a las opciones más derechistas.
El anuncio del presidente ha terminado con tres semanas de especulaciones y tensión, una mezcla de esperanza y resignación en el campo de los partidos liberales. Las declaraciones de Duda antes de las elecciones apuntaban a que nominaría, como marcaba la costumbre parlamentaria, al partido más votado, pese a que no hay mandato constitucional que obligue a tomar esa decisión. Su equipo siguió insistiendo en esa línea tras los comicios, aunque reconocía que en esta ocasión la situación era más complicada.
“Después de un análisis sereno y de consultas, he decidido confiar la misión de formar gobierno al primer ministro Mateusz Morawiecki. Por lo tanto, he decidido continuar con la buena tradición parlamentaria, según la cual el partido ganador es el primero al que se le da la oportunidad de formar gobierno”, ha anunciado en un mensaje televisado que ha compartido también en la red social X (antes Twitter).
El presidente hizo una ronda de consultas con todos los partidos el 25 y 26 de octubre. Al término de las reuniones no anunció su decisión y sus declaraciones dejaron perplejos a muchos. Duda afirmó que había “dos candidatos serios para el puesto de primer ministro”, Morawiecki, actualmente en el cargo, y Donald Tusk, al que apoyan Coalición Cívica, Tercera Vía y la Izquierda. Derecha Unida, la coalición liderada por PiS, “supone que tendrá mayoría en el Sejm [la Cámara baja del Parlamento]”, apuntó el dirigente, que hasta convertirse en presidente era miembro de ese partido.
Ninguna formación ni diputado ha manifestado su apoyo a PiS, que en los comicios obtuvo 194 escaños, 37 menos de los 231 necesarios para la mayoría absoluta. Incluso si hubiese obtenido en privado el apoyo al completo de la bancada de la ultraderecha de Confederación, que en público sigue renegando de cualquier tipo de acuerdo con el partido aún en el Gobierno, la suma de ambos sería 212, todavía lejos de la mayoría. Algunos dirigentes del partido de Jaroslaw Kaczynski han asegurado que ya tienen seis diputados de otras formaciones dispuestos a apoyarles, sin dar más detalles. Aun así, seguirían sin sumar.
PiS ha buscado el apoyo de la formación de corte agrario Partido Popular Polaco (PSL, en sus siglas en polaco), que forma parte de la coalición de centroderecha Tercera Vía. Hace apenas dos días, el sábado, Morawiecki intentó tentar en público al líder de esa formación, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, diciendo en una entrevista que él se veía perfectamente como ministro de un Gabinete dirigido por el dirigente agrario. Este lunes, Duda ha anunciado también que nombra presidente del Sejm al diputado de PSL Marek Sawicki.
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En la misma entrevista, el todavía primer ministro reivindicó su resultado electoral, “el mejor obtenido por PiS”, que obtuvo el apoyo de casi ocho millones de votantes. “Es el mejor resultado de la historia de la Tercera República Polaca… después del de PiS en 2019″.
Cómoda mayoría absoluta
El bloque liberal cuenta con 248 diputados, una mayoría absoluta más que cómoda. Las tres formaciones que lo componen —Coalición Cívica, un grupo de partidos liderado por Plataforma Cívica (PO), del conservador Donald Tusk; Tercera Vía, donde junto a PSL está Polska 2050; y la Izquierda— llevan prácticamente desde el día después de las elecciones negociando un acuerdo de Gobierno, que medios locales avanzaban, antes del anuncio del presidente, que podría presentarse este jueves. Tusk, que durante el discurso de Duda se encontraba en un acto en Breslavia, ha declarado que volverá a Varsovia para reunirse con sus socios.
Las conversaciones entre los tres partidos se han desarrollado en privado, pero en público se han asegurado de mostrar sintonía para presionar al presidente de cara a la decisión que finalmente ha anunciado este lunes. En su comparecencia del pasado 26 de octubre, el presidente subrayó que estas formaciones “aún no tienen una coalición formal ni tienen un acuerdo de coalición, por lo que aún no pueden proporcionar los nombres de los candidatos a ministros”. De esta forma daba pistas sobre la designación que finalmente ha realizado.
La prensa polaca ha filtrado algunos detalles del pacto liberal, tanto de la parte programática como del reparto de ministerios. Según apuntan, los partidos habrían acordado una rebaja de impuestos para los emprendedores y el sector tecnológico, a la vez que mantendrían el programa de PiS de ayudas por hijo 500+, que otorga unos 110 euros por hijo al mes y que a partir de enero subirá a 180. La legalización del aborto, que fue un tema central en la campaña electoral de Tusk y de la Izquierda, se quedaría fuera por el rechazo de Tercera Vía, según esas filtraciones que no están confirmadas oficialmente.
El Parlamento polaco agota su mandato este viernes y el lunes 13 tomarán posesión los nuevos diputados, que serán quienes voten la propuesta de Duda. Morawiecki deberá someter a votación el Gabinete que pretende formar en las dos semanas siguientes a la primera sesión del Sejm. Si fracasa, el Parlamento toma la iniciativa y hace su propia propuesta. La mayoría absoluta del bloque liberal garantizaría entonces un Ejecutivo liderado por Donald Tusk.
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