Los combates cuerpo a cuerpo se suceden día y noche en el interior de Gaza, mientras el ejército de Israel trata de romper la defensa de Hamás en su camino hacia lo que se espera que sea el hueso más duro de la invasión, la batalla urbana en la capital de la Franja. Las tropas, reconoce un portavoz militar israelí, combaten con unos milicianos que, a veces, aplicando técnicas de guerra de guerrillas con constantes emboscadas, salen de escondites bajo tierra llevando a cabo contraataques por sorpresa. Mientras, los bombardeos siguen en su cuarta semana y este jueves una quincena de personas ha muerto en el campo de refugiados de Bureij, al sur de la capital gazatí, según fuentes locales citadas por la agencia Reuters. El campo de Yabalia, ubicado en el norte de Ciudad de Gaza, ya fue objetivo de ataques con decenas de muertos el martes y el miércoles.
Un total de 17 militares israelíes ha perdido la vida en la invasión terrestre de Gaza. 9.061 ciudadanos de la Franja (3.760 de ellos niños), la mayoría civiles, han muerto en bombardeos desde el comienzo de la guerra el 7 de octubre, según las autoridades sanitarias palestinas. Ese día, Hamás mató a 1.400 personas en territorio israelí, la mayoría civiles, y secuestró a 240, que mantiene como rehenes.
Los combates más duros se concentran en el norte del enclave palestino. Mientras, en el sur, por el paso fronterizo de Rafah que lleva a territorio egipcio y que se abrió por vez primera a personas en esta guerra el miércoles, van saliendo ciudadanos con doble pasaporte. Hasta 400 lo han conseguido por el momento. España espera que entre el jueves y el viernes salgan entre 140 y 170 españoles o sus familiares. Por el momento, solo pueden hacerlo aquellos que aparecen en una lista oficial mientras otros airean sus documentos en vano, señala la agencia Reuters. Es, en todo caso, un movimiento de personas que avanza a cuentagotas en medio de una población de 2,3 millones de personas sacudidas, además de por la guerra, por una profunda crisis humanitaria debido al bloqueo que impone Israel.
En el frente diplomático, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llega este viernes a Israel en su tercera visita desde la matanza del 7 de octubre. También se desplazará a la vecina Jordania, que ha retirado a su embajador de Israel como protesta por la reacción al ataque de la milicia fundamentalista. También Bahréin ha llamado a consultas a su representante en Israel. En este caso, es el primer país protagonista de los Acuerdos de Abraham que se distancia de Israel, que los auspició hace dos años en un intento de tender puentes con el mundo árabe.
La proximidad física de los combatientes en el campo de batalla confirma una nueva etapa de la contienda en la que, además de la aviación y la artillería, la infantería juega un papel fundamental. Tras varias incursiones temporales, las tropas israelíes accedieron de manera definitiva al enclave palestino en la tarde del viernes pasado. El general Itzik Cohen explicó el miércoles que las tropas habían profundizado en territorio palestino y se hallaban a las puertas de la Ciudad de Gaza.
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“Durante las horas de la pasada noche, las fuerzas se enfrentaron a muchos saboteadores que intentaron tender emboscadas, y, tras combates que duraron varias horas, muchos de ellos fueron eliminados. Seguimos destruyendo las líneas de defensa de Hamás en el norte de la Franja de Gaza y apoderándonos de zonas centrales”, señaló el jueves Avichay Adraee, portavoz en árabe del ejército de Israel, a través de la red social X (antes Twitter). Esos choques entre los dos bandos tienen lugar “cara a cara”, añadió, dando a entender que la guerra ha entrado en una fase de proximidad.
Resistencia en los túneles
La red de túneles se ha convertido en un arma fundamental para la resistencia de Hamás frente a un ejército que le supera de largo en personal, medios y tecnología. En la guerra, sin embargo, siempre arriesga más quien ataca que quien defiende. El movimiento de resistencia islámica ha mostrado vídeos en los que sus milicianos salen de debajo de la tierra, armados con lanzagranadas y toman posiciones antes de atacar tanques y carros de combate de las fuerzas de ocupación israelíes. Uno de ellos graba la escena entre muestras de júbilo antes de regresar al túnel. En otro vídeo, muestran cómo un dron deja caer una pequeña bomba sobre un grupo de militares dentro de la Franja. Esta táctica es empleada con frecuencia por las tropas ucranias para golpear a los invasores rusos en el este o el sur del país.
Israel lleva a cabo los ataques más duros en el norte de la Franja. Allí, tras el ataque de este jueves al campo de Bureij, había ya golpeado en los últimos tres días por dos veces el campo de refugiados de Yabalia dejando decenas de víctimas y edificios destruidos en lo que, asegura, era una nueva operación para acabar con la infraestructura de Hamás.
Por el paso fronterizo de Rafah, también varias decenas de heridos pudieron ser evacuados el miércoles para ser asistidos en ese país.
Nada ha trascendido, sin embargo, de un posible avance para que se liberen algunos de los más de 200 rehenes en manos de Hamás. Es el gobierno de Qatar, con la colaboración de Egipto y EE UU, el que hace de bisagra entre Hamás e Israel.
La tensión sigue también disparada en Cisjordania, donde cuatro palestinos han muerto este jueves en choques con las fuerzas de ocupación israelíes. En el norte, en el frente de la frontera que separa Líbano de Israel, el ejército afirma haber atacado a un escuadrón que trataba de lanzar misiles antitanque desde territorio libanés.
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