La AIE alerta de que la falta de mano de obra amenaza el desarrollo de renovables | Economía

Dos operarios, en una instalación de paneles fotovoltaicos, en Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)

Las renovables son una de las grandes promesas de empleo a escala mundial. Con la transición energética ya lanzada en Occidente y en parte del bloque emergente, con China a la cabeza, las energías limpias añadieron 4,7 millones de trabajadores el año pasado, según los datos hechos públicos este miércoles por la Agencia Internacional de la Energía (AIE, el brazo la OCDE para cuestiones energéticas). Son ya 35 millones de personas las que trabajan directa o indirectamente para este sector de rápido crecimiento.

La promesa, sin embargo, también conlleva riesgos: la falta de trabajadores capacitados es uno de los mayores cuellos de botella al que se enfrenta esta revolución en ciernes. El organismo con sede en París constata cómo las empresas del sector afrontan problemas para contratar todo el personal técnico que necesitan y reclama aumentar los esfuerzos para formar especialistas.

“La aceleración sin precedentes en la transición a las energías limpias está creando millones de nuevas oportunidades en todo el mundo, pero no se están cubriendo a la velocidad requerida”, apunta el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, en el informe. “Los gobiernos, las empresas y las instituciones educativas tienen que poner en marcha programas para ofrecer las competencias que necesita el sector de la energía para mantener el ritmo de la elevada demanda”.

Según una encuesta de la AIE entre 160 grandes empresas, el segmento en el que más dificultades hay para encontrar perfiles es el de instalación y reparación de equipos. También hay escasez de graduados superiores, un segmento que —según las cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)— aglutina al 36% de los empleos energéticos, frente al 27% de la economía en su conjunto.

Más empleados verdes que fósiles

Hace dos años que los sectores asociados a la transición energética superó en volumen al de todas las industrias fósiles sumadas. Y la brecha —tres millones: 35 contra 32— no dejará de crecer en los próximos años, tanto por el auge de estos nuevos nichos como por el decaimiento del petróleo, el gas y el carbón —condición sine qua non para ganar la batalla contra el cambio climático—. Desde 2019, el año inmediatamente anterior a la pandemia, las renovables han crecido en 3,4 millones de empleos mientras que las fósiles han perdido 1,3 millones.

Más de la mitad del crecimiento del empleo en los últimos años descansa en cinco sectores: fotovoltaico, eólico, vehículos eléctricos, baterías, bombas de calor y extracción de minerales críticos. Esos cinco sectores suponen ya nueve millones de empleos en todo el mundo. De ellos, la gran mayoría (cuatro millones) están vinculados con la energía solar, que sumará la mayor parte de la nueva potencia instalada en los próximos años.

El reparto geográfico se decanta claramente hacia Oriente. China es, de largo, el país en el que más crece el empleo en renovables: suma ya casi la tercera parte del total tras sumar dos millones de puestos de trabajo en tres años. En el gigante asiático, no obstante, el sector fósil también ha seguido agregando trabajadores: 600.000 más en ese periodo.

Reconversión desde el sector fósil

¿Dónde pescar estos perfiles requeridos para acelerar el despegue de las energías verdes? La AIE lo tiene claro: por paradójico que pueda sonar, el sector fósil es el primer candidato para nutrir de empleados a sus nuevas competidoras. Según los cálculos del think tank, uno de cada dos empleados del petróleo, el gas y el carbón tiene las capacidades requeridas para dar el salto con solo unos breves cursos formativos.

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