Radamel Falcao cae en el olvido | Fútbol | Deportes

Radamel Falcao se despidió el miércoles de todos los jugadores del Lugones dándoles las gracias, uno por uno, después de marcarles dos tantos en la goleada por 0-6 del Rayo en la primera ronda de Copa. “¿Por qué nos da las gracias? Se las tendríamos que dar nosotros a él”, cuenta al otro lado del teléfono Jaime, central del equipo asturiano de Primera Regional, el único de los locales que no pudo quedarse después del partido al pincheo, para celebrar el acontecimiento de enfrentarse a un Primera, porque entraba a trabajar a las 15.30 en una gran cadena de pizzas.

La amabilidad del delantero colombiano, de 37 años, el día de Todos los Santos sobre el césped artificial del estadio Santa Bárbara fue directamente proporcional a la caída en el olvido que ha venido sufriendo este 2023. Al inicio de su tercera temporada al sur de Madrid, no hay muchas noticias de El Tigre más allá de que apenas juega. El encuentro copero de esta semana, ante un conjunto de la sexta categoría nacional, fue su única titularidad del curso y la mitad de los choques de Liga los ha visto enteros desde el banquillo (otros dos los siguió en la grada por lesión). Uno de los goleadores más acreditados de los últimos 15 años vive probablemente sus tardes finales, al menos en una Liga de élite, en la banda de Vallecas, en silencio, lejos de los grandes escaparates y sin muestras públicas de cabreo o malestar. Este domingo, vuelve al Bernabéu (21.00, DAZN; Arda Güler entra en su primera lista) tras muchos meses de pérdida de protagonismo.

Lastrado desde hace tiempo por problemas físicos frecuentes, sus números recientes en Liga hablan de un lento adiós: no marca en jugada desde septiembre de 2022, en San Mamés, y desde entonces solo ha anotado dos penaltis (al Atlético el año pasado y al Mallorca en este). Esta temporada, únicamente ha disputado 40 minutos del campeonato repartidos en cuatro choques.

La llegada este verano de Francisco ha resultado una continuación del descenso de peso que ya sufrió con Andoni Iraola. Poco después de que la competición regresara tras el Mundial, cayó a un tercer plano en la plantilla. “Lo de Falcao es cuestión de competencia pura y dura, de decisiones que tengo que tomar”, aclaró el técnico vasco el pasado marzo, cuando las suplencias del delantero empezaron a ser más habituales. Había pasado de jugar ratos muy a menudo, lo que le permitía su castigada carrocería, a ni eso en muchas ocasiones. La consecuencia de este barbecho permanente fue que la temporada pasada estuvo los últimos cinco meses de Liga sin rematar a portería. En todo el curso, solo lanzó en cinco ocasiones entre los tres palos. En este lleva dos, el gol de pena máxima y otro al Betis hace dos meses.

“Gracias por la humildad de venir”

En septiembre de 2021, Falcao cambió la burbuja del Galatasaray por la orgullosa modestia del oxidado estadio de Vallecas. En Turquía tenía un contrato de unos cinco millones que su antiguo club ya no podía asumir, y tampoco su maltrecho físico animaba a grandes esfuerzos (venía de sufrir nueve lesiones). “Gracias por la humildad de venir al Rayo”, le dijo el presidente, Raúl Martín Presa, en la presentación.

Y la mudanza no le pudo sentar mejor. Con el tres a la espalda (ahora lleva el nueve) como recuerdo a su padre y tras la renuncia a ese dorsal de Fran García, lo suyo fue un efecto champán. En el debut contra el Getafe, un tiro a puerta y gol (3-0). Siguió ante el Athletic: otro remate a puerta y gol en el descuento (1-2). Y a los días, frente al Cádiz, titular, tres disparos y gol (3-1). Al mes, un tanto suyo derrotó al Barcelona (1-0). Y a las dos semanas, salió 12 minutos en el Bernabéu y la grada pasó del aburrimiento al tembleque (2-1) con un cabezazo suyo.

Pero hasta ahí. A El Tigre se le fue todo el gas en dos meses. Su siguiente diana tardaría medio año, contra la Real Sociedad, en mayo de 2022. El inicio de su paso a la trastienda del Rayo, donde termina contrato a final de esta campaña, y también con la selección, que no le ha llamado en las últimas tres ventanas. De sus nueve dianas en Liga, cinco las logró en los dos primeros meses.

Antes del duelo copero, de donde tuvo que salir escoltado por la Guardia Civil ante la aclamación del público local, en el grupo de WhatsApp del Lugones alguien publicó una foto de Falcao junto a Messi y Cristiano, cuando el colombiano era el tercer máximo anotador de la Liga, por detrás de los dos inalcanzables. También recordaban cuando su Mónaco se cargó en Champions en 2017 al primer City de Guardiola con dos goles suyos en la ida. Los mejores tiempos de un ariete que consume su última etapa en la élite todavía con una misión: convertirse en el máximo goleador colombiano de la historia. Lleva 344 tantos y está a cuatro de Víctor Hugo Aristizábal.

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