Tebas lidera la rebelión de las ‘pymes’ del fútbol | Fútbol | Deportes

”Esto es como la crisis climática”, advierte Daniel Lambert, director ejecutivo del centenario Bohemian FC, de la liga de Irlanda. “Si seguimos ignorando el desequilibrio, vamos a destruir todo el ecosistema. Los clubes grandes tienen derecho a ser grandes, pero esto no debe suponer que los demás no existan”.

Un tono de revuelta impregnó el foro organizado en Bruselas este miércoles por la recién nacida Unión Europea de Clubes (UEC), la organización que pretende aglutinar a los cerca de 1.500 clubes de fútbol medianos y pequeños de Primera y Segunda División que conforman, junto con los clubes no profesionales, la base de la pirámide de las competiciones del juego más popular del continente. Los respaldaron Margaritis Schinas vicepresidente de la Comisión Europea, Matteo Zacchetti, experto en deportes de la Comisión; y los europarlamentarios Tomasz Frankowsky e Iván García del Blanco. Proclamaron principios de “transparencia”, “sostenibilidad”, “igualdad”, “solidaridad” y equilibrio en la “competencia”, y luego Javier Tebas, presidente de La Liga y gran promotor del proyecto, cerró el cónclave con una carga de profundidad. “Si en un plazo de unas semanas no somos capaces de crear una asociación fuerte que defienda a todos los clubes, no solo a los que participan en competiciones europeas, el futuro del fútbol será oscuro”, avisó Tebas, que sostiene, como muchos presidentes de clubes, que la Superliga, el proyecto elitista liderado por Madrid y Barça que pretende abolir el formato abierto de la Champions para conformar un torneo análogo a la NBA, sigue siendo el objetivo secreto de los clubes más potentes, representados por la Asociación Europea de Clubes o ECA.

“La UEFA está secuestrada por esta élite que dirige la ECA, y la ECA dice que representa a los clubes pero no permite que la mayoría tengan derecho a voto”, zanjó Tebas. “¿Por qué los clubes no se pueden gobernar con un régimen de un club / un voto?”.

La ECA es la única organización oficialmente reconocida como interlocutor de los clubes ante la UEFA. Está presidida por Nasser al-Khelaifi, que además de ejercer de presidente del Paris Saint-Germain es el máximo ejecutivo de Bein Sports, empresa propietaria de los derechos audiovisuales de buena parte de las competiciones de fútbol en todo el planeta. “¡El conflicto de intereses es claro!”, señala Dennis Gudasic, presidente del Lokomotiv de Zagreb y presidente de la UEC. “¿Cómo se explica que la ECA y la UEFA hayan constituido una alianza comercial conjunta para vender los derechos de las competiciones?”.

“Nosotros”, concluye Gudasic, “nos vemos como los defensores de los valores fundacionales de la UEFA, que ha sucumbido a las presiones de los clubes más ricos, que pretenden un modelo NBA. Este modelo aseguraría la posición privilegiada de los grandes e impedirá el desarrollo de los medianos y pequeños. Fenómenos como el del Oporto en los 80 o el Ajax en los 70 serían irrepetibles”.

La reunión de Bruselas fue recibida con espanto en la cúpula de la ECA. La organización oficial de clubes emitió un comunicado en el que denunció la iniciativa de la UEC como un producto de “individuos crecientemente extremistas” enfocados en “desestabilizar la totalidad de la estructura de gobierno del fútbol”.

Un portavoz de la ECA señaló ayer que su organización no pretende reproducir la Superliga, ni establecer distintas categorías más o menos estancas dentro de las competiciones europeas, como sospecha la UEC. “Eso es un sinsentido”, juzga, bajo condición de anonimato. Añade que la fórmula de “un club / un voto” no es la única manera de estructurar un orden democrático. Según esta fuente, la ECA se rige por un “sistema proporcional” en el que los clubes se agrupan y votan a sus representantes en subsecciones de acuerdo con los coeficientes que la UEFA asigna a sus federaciones nacionales. Los clubes de las seis federaciones más potentes —Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, España y Países Bajos— están representados por 12 miembros en el comité directivo de la ECA, el mismo número que representan las federaciones restantes. Al Khelaifi no es votado sino “nombrado por la junta directiva”, y, según la ECA, no ocupa un cargo ejecutivo, sino casi “ceremonial”.

Madrid y Barça

”La prueba de que los clubes más poderosos no pueden secuestrar el fútbol como dice Tebas es que el Madrid y el Barcelona debieron renunciar a su puesto en la ECA para intentar fundar la Superliga”, indica este portavoz de la patronal. “Dentro de la ECA no tendrían respaldo”.

Los argumentos de la ECA no convencen a todos. Junto con otros delegados de 90 clubes medianos y pequeños, Guasic, Lambert y emisarios como Steve Parish, presidente del Crystal Palace, o Fran Canal, director general de Osasuna, acudieron a Bruselas para manifestar su preocupación ante una realidad incontestable: las competiciones reflejan lo que parece una irrefrenable brecha entre ricos y modestos. Según datos exhibidos en el cónclave, en Inglaterra, España, Alemania, Italia y Francia los clubes del top tres ganan más partidos que nunca. Los clubes que no pertenecen a las cinco grandes ligas se han quedado progresivamente fuera de los octavos de la Champions: de 31 en el periodo 1993-2002 a solo 7 en el periodo 2013-2023. Los ingresos que facturan los diez clubes más ricos de Europa han pasado de representar el 15% del total en 1992 a rozar el 30% desde 2016. Los ingresos que reparte la Champions suponían el 6% de la riqueza que producía el fútbol en 2009 y ahora abarcan un 16%. Entre 2015 y 2021 los clubes europeos aumentaron sus ingresos en un 9% de media; pero los diez clubes más ricos —Chelsea, PSG, City, Bayern, Barça, Madrid, Liverpool, Atlético, Juventus y Dortmund— dispararon sus ingresos en un 48%.

“La incidencia de los clubes pequeños en la toma de decisiones es inexistente porque el grupo influyente de la ECA es el de los equipos grandes”, señaló Fran Canal. “Ningún equipo pequeño forma parte del consejo ejecutivo de la UEFA. Una solución posible y fácil para restablecer un equilibrio es poner un techo salarial”.

Javier Tebas contra Nasser al-Khelaifi componen una confrontación explosiva. Síntoma de una industria en permanente estado de tensión por más que el valor del producto que ofrece no deja de cotizar al alza. Un ecosistema, como dijo Lambert, amenazado por la concentración de poder.

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