Y la pregunta es, ¿quién puede con Djokovic? | Tenis | Deportes

Dice Novak Djokovic que le duele la barriga, que no está en sus mejores días y que, por si fuera poco, la grada de Bercy, siempre revoltosa, intenta desestabilizarle un día sí y otro también. “El público parisino es muy especial… Estoy acostumbrado a estas cosas, pero bueno…”, señala mordiéndose la lengua. El caso es que ni los problemas gástricos, ni la tralla que acumula su cuerpo a estas alturas, ni mucho menos los intentos de los aficionados franceses por sacarle de sus casillas logran ponerle freno. Él, a lo suyo. Esto es, ganar, ganar y ganar. Refleja el marcador esta vez un apurado 7-5, 6-7(3) y 6-4 frente al danés Holger Rune, pero el contador suma y sigue. Este sábado disputará las semifinales contra Andrey Rublev (4-6, 6-3 y 6-1 a Alex de Miñaur) y en este cierre de temporada la pregunta entre los adversarios y el aficionado es clara: ¿Podrá alguien con Nole?

Los números dicen que será sumamente difícil para sus rivales, si estos se atienen a la fría (y esclarecedora) estadística que subraya que el número uno encadena 16 victorias desde la tarde que se inclinó contra Alcaraz en Wimbledon, que ha ganado 31 de los 32 partidos que ha jugado esta temporada sobre pista dura –solo le ha rendido Daniil Medvedev, en las semifinales de Dubái– y 29 de los 30 últimos que ha disputado. El balcánico dispone y ordena a sus 36 años, y estos días en Bercy se lleva una y otra vez el dedo índice a la oreja para alimentarse: ‘pitadme, pitadme más, que a mí me viene de perlas’, viene a decirle a la grada del Accor Arena, tratando de forzar un cortocircuito que no llega. Deuda saldada con el tenista que le privó del título hace un año y otro mensaje para los interesados.

“Si no estuviera preparado para este tipo de desafíos, no competiría. Creo que nací preparado para estas batallas. Todavía tengo hambre y quiero seguir ganando”, expresa Djokovic, capaz de escapar de todo tipo de situaciones. En esta ocasión se sobrepone al “horroroso” tie-break del segundo parcial y, pura anécdota, pero ahí queda, eleva ligeramente su porcentaje de victorias en los Masters 1000 para superar el registro de Rafael Nadal, ahora un dedo por detrás el español: 82.1946% el uno, 82.1862% el otro. No hay jugador que haya conquistado más trofeos de esta categoría (39) ni que haya alcanzado más semifinales (76), y ante Rublev (no antes de las 16.30, Movistar Deportes) buscará ampliar también la plusmarca de finales (57). Aspira a su séptimo laurel en París-Bercy y de no torcerse mucho la cosa, dentro de tres semanas acumulará 400 –lo nunca alcanzado– en lo más alto.

Él marca el paso y abre vía hacia el Pala Alpitour de Turín, donde la próxima semana comenzará la Copa de Maestros que reunirá a los ocho mejores del curso. Quedaban por concederse un par de plazas y el desarrollo de la jornada despeja las dudas; Alexander Zverev y Rune completan el cupo. Previamente habían obtenido el billete Djokovic, Alcaraz, Medvedev, Jannik Sinner, Rublev y Stefanos Tsitsipas. Este último, precisamente, regresa a las semifinales de un Masters 1000 medio año después y se batirá (14.00) con Grigor Dimitrov, que no llegaba tan lejos en una cita de estas características desde hace año y medio. Sus respectivas victorias contra Karen Khachanov (6-3 y 6-4) y Hubert Hurkacz (6-1, 4-6 y 6-4) les brindan la oportunidad de reverdecer, después de un verano más bien disperso del griego y de los muchos tumbos que ha dado el búlgaro, estos días de dulce.

Verdugo reciente de Alcaraz en Shanghái, disfruta y saca pecho sin complejos. “¿El Big Three [Federer, Nadal y Djokovic]? Me encanta haber coincidido con ellos; jugué contra todos y les gané”, recuerda. “He tenido muchos altibajos, pero siento que todavía soy capaz de progresar. Ya no debo demostrar nada a nadie; hoy día, hago todo exclusivamente para mí”, agrega el semifinalista, propietario de ocho títulos individuales de la ATP. El más importante de ellos es la Copa de Maestros de 2017. En declive desde entonces, tanto por su falta de consistencia como por las múltiples lesiones que ha sufrido, busca la campanada bajo el techo de Bercy.

SABALENKA Y SWIATEK, PULSO HASTA EL FINAL

A. C.

En Cancún, la lluvia concedió la tregua necesaria para que la número uno, Aryna Sabalenka, redondease el triunfo que comenzó a gestar la noche anterior, antes de la interrupción por la lluvia. La bielorrusa batió por 6-2, 3-6 y 6-3 a Elena Rybakina y disputará las semifinales de las WTA Finals (Copa de Maestras) contra la polaca Iga Swiatek.

Esta última le cedió el mando del circuito a la conclusión del US Open y ahora tiene la oportunidad de recuperarlo. Eso sí, la calculadora tan solo le brinda un escenario: ganar o ganar. Todo lo que no sea alzar el título el domingo, no le servirá a la de Varsovia.

En la otra semifinal, la estadounidense Jessica Pegula espera rival tras haber firmado un pleno en la fase de grupos: tres de tres. El curso pasado se marchó de vacío y ahora exprime su gran estado de forma. Chocará este sábado con su compatriota Coco Gauff, que batió a Marketa Vondrousova en última instancia (5-7, 7-6(4) y 6-3).

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